Símbolo de poder, estatus y opulencia.
Construido especialmente para el Duque de Windsor y su esposa durante su estancia en Estados Unidos, éste Cadillac 1941 se creía desaparecido, e incluso destruido, pero misteriosamente y previo al día de muertos, ha reaparecido para ser subastado durante el Art of The Automobile.
Apodado “La Duquesa“, el Cadillac no tiene igual con ningún modelo de 1941, ya que todos los paneles de la carrocería fueron hechos a manos, y el interior fue ajustado a mano.
Siendo un entusiasta de los autos y las aeronaves, Eduardo VIII manejaba sus autos, es por eso que Cadillac aplicó en el frente y el tablero terminados tan lujosos como en la parte trasera, algo inusual para las limusinas de la época.
Lujosos detalles incluyen un compartimento en el asiento trasero para que la duquesa guardara sus joyas, una antena montada en el techo con control manual, y un estéreo con las estaciones AM de Nueva York de la época preestablecidas en un par de botones.
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