Mientras el nuevo Camaro 2016 empieza a ser enviado a los concesionarios estadounidenses, hay quienes todavía disfrutan de la versión más poderosa de la generación anterior, el ZL1.
Algún 6 de enero de no hace muchos pero tampoco pocos años, los Reyes Magos me trajeron una pista eléctrica armable. Una de sus configuraciones incluía una forma de ocho en la que podías poner un cruce “mortal” donde ambos autos tendrían que evitar chocar.
Chevrolet ha tomado esta idea y la ha llevado a la realidad con dos Camaros ZL1, los cuales tienen que mantener la misma velocidad para llegar justo con la distancia adecuada a un cruce. De no ser así, se podría causar un accidente, o en el menor de los casos, grabar un video bastante aburrido.
Justo para no llegar a eso, Chevrolet ha equipado a los autos con extensiones que tienen que tocarse al momento de que estos se crucen, y así la distancia entre estos sea la justa para rozarse y volver todo más emocionante.
Debajo del cofre, el ZL1 cuenta con un motor V8 supercargado LSA que produce 580 hp y unas impresionantes 556 libras-pie de torque, el cual está acoplado a una transmisión manual de seis marchas con doble disco de clutch y que manda la potencia a las ruedas traseras del auto.
Además de esto, el ZL1 también cuenta con mejoras en el chasis, como una suspensión re-sintonizada con sistema Magnetic Drive Control y frenos de Brembo de alto desempeño con calipers de seis pistones en la parte delantera y cuatro delante.
El aún todavía Camaro más poderoso jamás producido, llegó a ser el Camaro más rápido alrededor del Nürburgring, estableciendo un tiempo de 7:41.27. Esto lo puso 40 segundos delante de la versión SS, aunque después fue superado por el menos poderoso pero mejor balanceado Z/28 con un tiempo de 7:37.40, que según Chevrolet pudo haber sido mejorado en mejores condiciones.
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