La tortuosa espera ha terminado y el esperado “sucesor del Enzo” o “F70” por fin fue presentado en el Salón de Ginebra.
El narcisista LaFerrari o “ElFerrari” contiene la mejor tecnología disponible de la casa de Maranello, eso significa un motor V12 de 6.3 litros que produce 800 hp, acompañado por un motor eléctrico que adiciona 163 hp, llevando la cifra final de potencia a 963 hp y 663 lb/ft de torque. La carrocería, la tina, los elementos estructurales y la parte baja del auto, están fabricadas en casa utilizando diferentes telas de fibra de carbono posicionadas en diferente sentido para mejorar el desempeño específico de cada parte.
Una aerodinámica inteligente y bastante eficiente evitan el uso de grandes alerones para mejorar la carga aerodinámica y a su vez mantienen un bajo coeficiente de arrastre, además de que ayuda a aumentar la potencia del motor, y mejoran la eficiencia. Piezas de aerodinámica activa son presentes inclusive debajo del auto, donde soluciones tomadas de la F1, como los generadores de vórtices, que mejoran la carga aerodinámica y la eficiencia relativa.
El sistema de baterías del auto pesa tan solo 62 kg y está montado en el centro del auto para no alterar la distribución de peso parcializada hacia la parte trasera (41-59). Éste es recargado de dos maneras, por regeneración de frenado, inclusive cuando el ABS funciona, y cuando el V12 produce torque excesivo, como cuando el auto está curveando, donde el torque en vez de ser mandado a las ruedas es convertido en energía y almacenado en las baterías.
Las cifras exactas del desempeño no han sido mencionadas, solo estimados, los cuales son bastante impresionantes. 0-100 km/h en menos de 3 segundos, 0-300 km/h en menos de 15 segundos y una velocidad máxima mayor a 350 km/h.
Tanta espera pareció valer la pena, el diseño es atractivo y el desempeño bastante elevado, lo único que no me gusta es el nombre, el cual fue otorgado por Luca di Montezemolo, quién estaba indeciso entre “La Speciale” y “La Ferrari“, que cualquiera que hubiera sido no me hubiera gustado. En fin, aún si el auto tuviera un peor nombre, yo querría uno.
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