Ferrari rara vez presta su nombre para que aparezca en algún vehículo ajeno a los autos que producen en Maranello. Si bien hay excepciones, creo que otra como esta jamás se va a volver a dar.
David Kay de David Kay Engineering, mandó una carta al hijo de Enzo Ferrari, Piero Ferrari, en la cual le pide permiso para colocar el escudo de Ferrari en una moto única en homenaje a su padre. En mayo de 1990, Piero contesta la carta aprobando el uso del escudo del Cavallino Rampante en la moto y desea buena suerte al gurú de MC Agusta.
Empezando de cero, la inspiración de David fue que Enzo empezó a competir en una Scott de dos tiempos y se imaginó cómo es que Ferrari hubiera construido una moto. Cuatro años y tres mil horas de trabajo después, su creación estaba terminada. La moto equipa un motor de 900cc con doble árbol de levas y una caja de cinco velocidades. El chasis tubular está hecho de un Reynolds 531 y la carrocería es de aluminio producida por Terry Hall, quien también fabricó los megáfonos de los escapes y en sus propias palabras describe el sonido como “un Messerschmitt persiguiendo un Spitfire”. También cuenta con algunas señales de diseño inspiradas en los Ferraris de la época, como las ventilas laterales al estilo del Testarossa.
Nunca fue probada a sus máximas capacidades, se estima que la Ferrari 900 es capaz de alcanzar los 265 km/h gracias a los 105 bhp producidos a 8,800 rpm.
Esta única pieza se vendió en aproximadamente 138 mil dólares en una subasta de Bonham’s llevada a cabo hace unas semanas. Aunque muy rara, ya había tratado venderse a precios más altos en otras ocasiones sin éxito alguno.
Podremos ver todo tipo de mercancía con marca Ferrari pero dudo que se vuelva a ver una moto que cargue tan famoso escudo, quien sea que la haya comprado realizó una buena adquisición.
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